Libérate del Vicio
Todos tenemos algo que nos ata.
RECURSOS PARA CRECIMIENTO
Tom
7/1/20252 min leer
El hábito que parecía inofensivo… hasta que empezó a robarte la vida
Comenzó como algo pequeño. Un hábito que parecía inofensivo.
Pero sin darte cuenta, se volvió parte de tu rutina. Parte de ti.
Lo haces para calmar la ansiedad. Para llenar silencios. Para dejar de sentir.
Lo haces porque funciona... por un momento.
Pero lo sabes: te está drenando.
Te quita energía. Te roba enfoque. Te aleja de tu paz.
Le llamamos “vicio”, aunque por fuera se vea como algo normal.
Algunos fuman. Otros comen sin control. Algunos se refugian en la pantalla. En el alcohol. En el sexo vacío.
O peor: en personas que ya no suman nada.
No se trata de juzgar. Se trata de reconocer una verdad:
no naciste para depender de lo que te hace daño.
Liberarte no significa ser perfecto.
Significa ser valiente.
Es decir: “hasta aquí”.
Es mirar de frente eso que consume tus mañanas, tus sueños, tu brillo... y decidir que ya no lo quieres más.
A veces no sabemos por dónde empezar. Y está bien.
Porque el cambio real no empieza con la acción, sino con un deseo auténtico.
No por los demás. No por presión. Por ti.
Por respeto a tu cuerpo. A tu mente. A tu alma.
No necesitas dar un salto gigantesco.
Solo tomar conciencia:
¿Qué estás entregando a cambio de ese vicio?
¿Tu energía? ¿Tu confianza? ¿Tu libertad?
Cuando lo veas con claridad, algo dentro de ti va a empezar a soltar.
Porque cuando te eliges de verdad, el vicio pierde fuerza.
Lo que antes era escape, se empieza a sentir como una cárcel.
Y ahí es donde empieza el verdadero cambio:
cuando te hartas de vivir a medias.
Vas a caer. Vas a volver.
Pero ya no lo harás en automático.
Lo harás consciente. Y eso cambia todo.
Porque quien despierta… ya no puede dormirse.
Recuerda esto:
No estás sola.
No estás roto.
No estás destinado a repetir patrones que ya no van contigo.
Cada día que eliges distinto, estás reconstruyendo tu identidad.
Estás creando una versión de ti que no necesita anestesia para vivir.
Así que si hoy estás leyendo esto… y algo dentro de ti quiere soltar:
hazle caso.
Es tu alma hablándote.
Es tu cuerpo pidiendo paz.
No te castigues por haber caído.
Felicítate por decidir salir.
Libérate del vicio, no por miedo. Hazlo por amor.
Hazlo por ti.
Dejar un vicio no es cuestión de fuerza.
Es una cuestión de decisión.
No se trata de perfección, sino de intención diaria.
Cada acto en favor de tu bienestar te acerca a la vida que mereces.
No estás fallando. Estás despertando.
Y ese despertar…
es el primer paso hacia tu verdadera libertad.
La más importante:
la que nace desde adentro.
“Cada vez que eliges tu paz en lugar de tu vicio, estás recordando quién eres en realidad.”